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miércoles, 25 de marzo de 2009
miércoles, 18 de marzo de 2009
LOS SILLETEROS ANTIOQUEÑOS
Los silleteros están estrechamente ligados a la historia de Antioquia y de Colombia. En el tradicional Desfile de Silleteros, que se realiza cada mes de agosto en Medellín, se escenifica la permanencia ceremonial de este oficio, convertido en emblema de la ciudad y de la Feria de las Flores.
Durante la Colonia, cuando algunos pasos de cordillera casi infranqueables no permitían la utilización de animales de carga -como bueyes, mulas o caballos-, los silleteros hicieron posible el intercambio de productos y la movilización de viajeros entre lugares muy distantes; su habilidad consistía en soportar a sus espaldas, durante largas jornadas, cargas cuyo peso alcanzaba los 75 kilos. Crónicas de viaje de finales del siglo XIX describen caravanas de un centenar de silleteros avanzando disciplinadamente por los caminos de montaña.
En otras regiones del país, como el Valle del Cauca, Quindío, Nariño y Chocó, también existió el oficio de silletero, hasta cuando fueron desplazados gradualmente del paisaje por el tren y el automóvil. Sólo en algunos reductos de Antioquia y Chocó persistió, hasta bien entrado el siglo XX, la figura del silletero.
Desde su origen existieron dos categorías de silleteros: en primer lugar, los “cargueros”, que portaban exclusivamente mercancías; a sus espaldas ingresaron los más variados objetos, procedentes del propio país o del otro lado del océano. Vajillas, porcelanas, herramientas, pianos, muebles, máquinas, imágenes religiosas y el menaje de los viajeros se confiaban a la habilidad del carguero, durante largos recorridos de varias jornadas.
El otro especialista, el silletero propiamente dicho, ejerció el transporte de pasajeros y fue denominado, según la región, como faquín, caballito, peón de tercio, sillero y peón de brega, términos que muestran la extendida geografía de la labor. Responsables de conducir y proteger la vida de quien se instalaba a sus espaldas, fueron descritos como individuos fuertes, conversadores y serviciales, cuyo profundo conocimiento del medio paliaba las duras jornadas de los viajeros.
La silleta y el silletero se adaptaron a la modernización de Antioquia y del país; así, en muchas viviendas campesinas, la silleta persistió como un instrumento útil asociada al transporte de personas desvalidas o enfermas, o para movilizar productos, y para el campesino de Santa Elena en especial, fue un recurso del que se sirvió con ingenio para la tarea de comercializar sus productos en Medellín. La ciudad se familiarizó, de esta manera, con el silletero vendedor de flores y hortalizas, que recorría las calles céntricas y los barrios como proveedor por encargo de ciertas familias. Fue común verlos en las más célebres plazas de mercado, como la de Cisneros o la de Flórez, y en los atrios de las iglesias, hasta convertirse en un vistoso personaje incorporado al paisaje cotidiano de la ciudad.
Hoy en día, los silleteros de Santa Elena se han transformado en figuras ceremoniales. De su antiguo rol como comerciante de flores y hortalizas, el silletero ha derivado en un auténtico artesano floral que con gran destreza manual fabrica las silletas, esas originales y elaboradas composiciones, de elevado sentido estético, que exhibe en su desfile anual.
Estos silleteros y silleteras, habitan en su gran mayoría este medio rural, el corregimiento de Santa Elena, y se dedican principalmente, en sus parcelas, como cualquier campesino de la región, al cultivo de papa, hortalizas, flores, frutales como la mora y la fresa, al cuido de sus vacas y gallinas; algunos han continuado la tradición de la comercialización de flores y hortalizas en Medellín; los hay que son empleados de empresas o trabajadores oficiales, y otros han continuado estudios universitarios.
En su condición de silletero, este campesino se ha convertido en uno de los símbolos más preciados de Medellín, categoría ésta que fue refrendada hace más de una década en una votación popular, por medio de unos cupones entregados en los hogares con la cuenta de los servicios públicos. Para los silleteros ello es un honor, que se le retribuye con premios, galardones, aplausos y exclamaciones de admiración que la multitud expresa a su paso por las calles. Además, merced a los contratos, reciben un pago de la alcaldía por su participación, según escalas establecidas para cada categoría de silletas.
La imagen del silletero ha trascendido el ámbito de lo local, y Medellín tiene en ella un emblema, grato como el que más, para su proyección nacional e internacional. Delegaciones de silleteros, en función de embajadores de la ciudad, han desfilado en otras ciudades de Colombia y del mundo; Cali, Cartagena, Barranquilla, Bogotá, Roma, Camberra, Londres, Madrid, Miami, Nueva York, Barcelona, han recibido la visita de los silleteros paseando con su colorida carga, impregnando de calidez y vistosidad estos lejanos lugares, y haciendo resonar en ellos una tradición que el Desfile de Silleteros exalta mediante la acompasada y colorida conquista de las calles y los corazones de miles de espectadores.
Durante la Colonia, cuando algunos pasos de cordillera casi infranqueables no permitían la utilización de animales de carga -como bueyes, mulas o caballos-, los silleteros hicieron posible el intercambio de productos y la movilización de viajeros entre lugares muy distantes; su habilidad consistía en soportar a sus espaldas, durante largas jornadas, cargas cuyo peso alcanzaba los 75 kilos. Crónicas de viaje de finales del siglo XIX describen caravanas de un centenar de silleteros avanzando disciplinadamente por los caminos de montaña.
En otras regiones del país, como el Valle del Cauca, Quindío, Nariño y Chocó, también existió el oficio de silletero, hasta cuando fueron desplazados gradualmente del paisaje por el tren y el automóvil. Sólo en algunos reductos de Antioquia y Chocó persistió, hasta bien entrado el siglo XX, la figura del silletero.
Desde su origen existieron dos categorías de silleteros: en primer lugar, los “cargueros”, que portaban exclusivamente mercancías; a sus espaldas ingresaron los más variados objetos, procedentes del propio país o del otro lado del océano. Vajillas, porcelanas, herramientas, pianos, muebles, máquinas, imágenes religiosas y el menaje de los viajeros se confiaban a la habilidad del carguero, durante largos recorridos de varias jornadas.
El otro especialista, el silletero propiamente dicho, ejerció el transporte de pasajeros y fue denominado, según la región, como faquín, caballito, peón de tercio, sillero y peón de brega, términos que muestran la extendida geografía de la labor. Responsables de conducir y proteger la vida de quien se instalaba a sus espaldas, fueron descritos como individuos fuertes, conversadores y serviciales, cuyo profundo conocimiento del medio paliaba las duras jornadas de los viajeros.
La silleta y el silletero se adaptaron a la modernización de Antioquia y del país; así, en muchas viviendas campesinas, la silleta persistió como un instrumento útil asociada al transporte de personas desvalidas o enfermas, o para movilizar productos, y para el campesino de Santa Elena en especial, fue un recurso del que se sirvió con ingenio para la tarea de comercializar sus productos en Medellín. La ciudad se familiarizó, de esta manera, con el silletero vendedor de flores y hortalizas, que recorría las calles céntricas y los barrios como proveedor por encargo de ciertas familias. Fue común verlos en las más célebres plazas de mercado, como la de Cisneros o la de Flórez, y en los atrios de las iglesias, hasta convertirse en un vistoso personaje incorporado al paisaje cotidiano de la ciudad.
Hoy en día, los silleteros de Santa Elena se han transformado en figuras ceremoniales. De su antiguo rol como comerciante de flores y hortalizas, el silletero ha derivado en un auténtico artesano floral que con gran destreza manual fabrica las silletas, esas originales y elaboradas composiciones, de elevado sentido estético, que exhibe en su desfile anual.
Estos silleteros y silleteras, habitan en su gran mayoría este medio rural, el corregimiento de Santa Elena, y se dedican principalmente, en sus parcelas, como cualquier campesino de la región, al cultivo de papa, hortalizas, flores, frutales como la mora y la fresa, al cuido de sus vacas y gallinas; algunos han continuado la tradición de la comercialización de flores y hortalizas en Medellín; los hay que son empleados de empresas o trabajadores oficiales, y otros han continuado estudios universitarios.
En su condición de silletero, este campesino se ha convertido en uno de los símbolos más preciados de Medellín, categoría ésta que fue refrendada hace más de una década en una votación popular, por medio de unos cupones entregados en los hogares con la cuenta de los servicios públicos. Para los silleteros ello es un honor, que se le retribuye con premios, galardones, aplausos y exclamaciones de admiración que la multitud expresa a su paso por las calles. Además, merced a los contratos, reciben un pago de la alcaldía por su participación, según escalas establecidas para cada categoría de silletas.
La imagen del silletero ha trascendido el ámbito de lo local, y Medellín tiene en ella un emblema, grato como el que más, para su proyección nacional e internacional. Delegaciones de silleteros, en función de embajadores de la ciudad, han desfilado en otras ciudades de Colombia y del mundo; Cali, Cartagena, Barranquilla, Bogotá, Roma, Camberra, Londres, Madrid, Miami, Nueva York, Barcelona, han recibido la visita de los silleteros paseando con su colorida carga, impregnando de calidez y vistosidad estos lejanos lugares, y haciendo resonar en ellos una tradición que el Desfile de Silleteros exalta mediante la acompasada y colorida conquista de las calles y los corazones de miles de espectadores.
PUEBLITO PAISA(CERRO NUTIBARA)
MEDELLIN-ANTIOQUIA
Hace mucho tiempo el Valle donde hoy se sitúa Medellín, existía un gran lago en el que solo sobresalían dos pequeñas islas. Una de ellas era el Cerro Nutibara. Siglos después, vivieron cerca de él, enormes mastodontes que se paseaban por el valle. Este territorio también fue habitado por indígenas que convirtieron el Cerro en un centro religioso y para honrar memoria a uno de los más valientes líderes antioqueños, el Cacique Nutibara. El cerro lleva su nombre. Este heroico indígena fue un gran defensor de los suelos conquistados por los españoles.El Cerro es una formación montañosa aislada de los aluviones del Río Medellín ubicado en el centro geográfico del Valle de Aburrá, en medio de la zona urbana y es uno de los pocos ecosistemas que se conservan en el plano director de la ciudad. Con sus treinta y una (31) hectáreas de extensión y ochenta (80) metros de altura, se encuentra en la margen occidental del Río Medellín entre los ramales central y oriental antioqueños de la Cordillera Central de los Andes. Está delimitado por el Norte con la calle 32 D y la Avenida 33; por el Occidente con la carrera 65; por el Sur con la calle 30ª y por el Oriente con el puente que une la Avenida del Ferrocarril con la Avenida Guayabal. Antes del Pueblito, un matadero público...Según los registros históricos más remotos que se tienen sobre el cerro en donde se construyó el Pueblito Paisa, en tiempos de la colonia, éste fue propiedad de una señora que se llamó Marcela de La Parra, y por este nombre "el morro de Marcela de La Parra", se le identificó hasta que una familia de apellido "Cadavid", pasó a ser su nueva propietaria, adquiriendo por nombre, "El Morro de Los Cadavides". Así se le conoció incluso hasta dos años después de que el municipio lo comprara en 1927, a la sociedad del Matadero Público y Feria de Medellín -por el costo de $50.000-, por iniciativa del concejal Joaquín Cano.Para el año de 1929 la Sociedad de Mejoras Públicas, SMP, le insinuó al Concejo -y este aceptó-, hacer el cambio en el nombre para hacerlo menos privado y más público, pero que a la vez, se identificara con la región. Aunque la primera iniciativa para el cambio fue el de abrir un concurso, finalmente el nombre fue escogido por los miembros de la Junta de la SMP, entre los que se encontraban: Cerro de los Alcácerez (el nombre que obtuvo más votos después del escogido), Cerro Aburraes, Cerro de Ayacucho y Cerro de Bárbula.Con la escogencia del nombre de "Nutibara" se quiso hacer un homenaje al más rico y poderoso de los Caciques, cuyos dominios se extendían por casi todo el occidente, desde la Sierra de Abibe hasta el río Cauca, reconocimiento que por ese entonces le hacía la Academia Antioqueña de Historia en sus trabajos de investigación.Lenta transformación del cerro NutibaraDespués de que se le hiciera el cambio de nombre, en el año de 1930, el Municipio autorizó a la Sociedad de Mejoras Públicas para que trabajara en la elaboración de diseños y planos para la construcción de un parque recreativo en el cerro, propuestas que debían ser presentadas y aprobadas por el Concejo.Para el año de 1939 se aprobó el plano "Nutibara Futuro", que incluía el trazado y construcción de carreteras internas y externas para facilitar el acceso, glorietas, kioscos, siembra de multiplicidad de árboles, parqueadero, lago, cascadas, puentes rústicos, senderos peatonales, miradores y un restaurante en su cima. Fue así como para el mes de agosto de ese año, ya se habían sembrado los primeros 510 árboles, frente a los 60 mil que soñaba con sembrar don Ricardo Olano. En este año también se emprendió la construcción de la primera carretera que se convirtió en la principal, cuya entrada se hizo por la calle 30A, vía que fue iluminada por la Empresa de Energía Eléctrica en el año de 1955.Dentro de esta serie de trabajos que realizó la SMP en compañía con el Municipio de Medellín, se cuenta la construcción del primer tanque de agua, entre los años de 1940 y 1943, con el fin de surtir de agua al cerro.Para el año de 1951 el Municipio decidió entregarle el cerro en comodato a la SMP, que en adelante se encargaría de su administración y de las obras destinadas a la construcción de un parque o paseo público. Aunque en el mes de octubre de ese mismo año se inauguró el primer restaurante, obra que fue adelantada con la colaboración del municipio, dieciséis años después, en el año de 1967, el Alcalde de ese momento solicitó a la Personería cancelar el contrato con la SMP, por su incumplimiento, es decir, para la fecha, la Sociedad no había iniciado las obras de construcción del parque público. Desde entonces, el cerro ha sido manejado por el Municipio de Medellín.Desde 1930, la Sociedad de Mejoras Públicas trató de diseñar un parque público para hacer del Cerro Nutibara un atractivo turístico y distintivo de la ciudad. Solo hasta 1975, con motivo del tricentenario de Medellín, el Instituto de Crédito Territorial, el Sena y el Banco Central Hipotecario decidieron unirse para financiar la construcción de un pueblito antioqueño con todas las características tradicionales. Como toda gran obra, el Pueblito Paisa tuvo también un acontecimiento que marcó su inspiración y que años después se materializaría. Este hecho tuvo lugar en el año de 1969, cuando la Fábrica de Licores de Antioquia, realizó una exposición de flores a la que llamó "Pueblito en flor". Su escenografía se basó en la construcción de una réplica de pueblo antioqueño, con calles y plaza principal, en el que se expusieron las flores de la temporada. En un comienzo, las autoridades pensaron en comprar aquella escenografía que había sido realizada por el club de jardinería, sin embargo, la inconsistencia de los materiales, pues habían sido sólo fachadas falsamente unidas, no permitieron concretar ningún negocio.Sin embargo, la idea se había gestado y en adelante los esfuerzos estuvieron encaminados a su realización. Al cabo de dos años el municipio sacó a licitación la elaboración de los planos para la construcción de una réplica de pueblo en la cima del cerro Nutibara, concurso que fue declarado desierto en dos oportunidades.Entre tanto, en el año de 1974, se procedió con la construcción del restaurante-Mirador, que estuvo a cargo de la firma I. y L.H. Forero, sitio en donde actualmente funciona el restaurante en el primer piso y la galería en el segundo. Una vez terminadas las obras, el Mirador le fue entregado a un particular en calidad de arrendamiento con la condición de que éste adelantara, entre otras, las obras del típico pueblo antioqueño.Al año siguiente, con motivo de la celebración del tricentenario de Medellín, el entonces Gerente General del Instituto de Crédito Territorial, Pedro Javier Soto Sierra, le transmitió la iniciativa al arquitecto Julián Sierra Mejía, quien en adelante se apropiaría del proyecto y lo concretaría con unos planos y diseños que fueron trabajados de la mano con Planeación y la Junta de Educación, Cultura y Recreación del Municipio. Entre las primeras cosas que se acordaron fue la de dividir el proyecto en zonas: una urbana y otra rural.El señor Soto Sierra, quien a la vez hacía parte de las Juntas Directivas del Sena y Banco Central Hipotecario, impulsó la financiación de la parte urbana del proyecto recogiendo $1.500.000, que fueron aportados por estas tres instituciones, mientras que el particular -que tenía en arriendo el Mirador-, se encargaría de la zona rural, que abarcaba la construcción de la continuación de la "calle Real", la tienda caminera con su correspondiente trastienda y cocina típica, un trapiche, un establo y una herrería, las que serían destinadas a la venta de comida típica, complementada con un cafetal, cañaduzal y platanal. Sin embargo, el particular nunca cumplió con las condiciones del contrato -las referentes a las obras que debía realizar-, frustrando esta parte del proyecto, y después de enfrentar un largo y conflictivo proceso jurídico, la Administración recuperó el control sobre el cerro en el mes de abril de 1978.Se hace realidadDespués de aprobados los planos, elaborados por el arquitecto Julián Sierra Mejía en abril de 1976, se procedió con las obras que estuvieron bajo su cargo, del Departamento Técnico de Turantioquia y del Municipio de Medellín.Iniciados los trabajos, empresas privadas entraron a refinanciar el proyecto, debido entre otras cosas, a que el presupuesto planteado se había quedado corto. Es así como Coltejer, Compañía Colombiana de Tabaco, Compañía Nacional de Chocolates, Noel y Suramericana, le inyectaron recursos, a los que se les sumó la pintura que aportó Pintuco.EDIFICACIONES QUE COMPONEN EL PUEBLITOEl Pueblito Paisa es la representación del marco de la plaza de un típico pueblo antioqueño de comienzos de siglo XX. Para su composición se pensó en la construcción de la iglesia, cuya blanca espadaña sobresale del terracota de los tejados de barro de las casas de arquitectura entre colonial y vernácula de una y dos plantas, entre las que se encuentra la Casa Cural, la Alcaldía, la Escuela, la Barbería, la Fonda, la Tienda, la Casa Típica y las restantes viviendas que complementan la plaza empedrada.ÁREA TOTAL: 435 m2 que se dividen de la siguiente manera:ÁREA CAPILLA: 105 m2ÁREA ESCUELA: 80 m2ÁREA ALCALDÍA: 32 m2ÁREA CASA CURAL: 47 m2ÁREA ESTANCO: 12 m2ÁREA BARBERÍA: 12 m2ÁREA BOTICA: 12 m2ÁREA VIVIENDA SEGUNDO PISO: 75 m2ÁREA CASA ARTESANÍAS (5): 60 m2Aunque la estructura portante de la iglesia y las casas no deja de ser la réplica de un pueblo antioqueño de 1900, su creador, el arquitecto Sierra quiso imprimirle un toque de realismo, adquiriendo materiales de construcción y objetos que databan de esa época.En abril de 1976 muchos de los habitantes del antiguo municipio de El Peñol, demolían sus viviendas para dar paso a la Represa. Así que el arquitecto Sierra se desplazaba hasta el pueblo para adquirir aquellos materiales de demolición y saldos como puertas, ventanas y chambranas. Igual destino corrieron los materiales y buena parte de los enceres de la antigua casa de Ejercicios Espirituales del San Vicente, ubicada entre la Avenida Oriental y la carrera Chile y las calles Barbacoas y Argentina, demolida también entre 1976 y 1977.Es así como la puerta de acceso a la iglesia del Pueblito Paisa, era la puerta de entrada de la Casa de San Vicente, lo mismo que el altar en madera, objetos que databan de los años veinte aproximadamente. La pila bautismal, de cerca de cien años, es originaria de Sonsón; y el Misal en latín, data de 1840; los pupitres de La Escuela y la cama que hay en la Casa Cural, datan de finales del siglo XIX y comienzos del XX, igual que las sillas de la barbería los cuadros y los implementos de la cocina.Y como todo pueblo que se respete tiene fuente y monumento a algún ilustre personaje, el Pueblito Paisa no fue la excepción y para el mes de diciembre de 1977 se le encomendó al maestro Gustavo López, la elaboración de un busto en bronce del máximo exponente de la literatura antioqueña: Tomás Carrasquilla, obra que fue entregada en los primeros meses del año siguiente, tiempo en que Empresas Públicas de Medellín, dotó al cerro de un transformador de 7.6 kilovatios.Finalmente y después de una inversión total de $2.100.000, el 3 de marzo de 1978, el Pueblito Paisa fue inaugurado y entregado a la ciudadanía por el alcalde de entonces, el doctor Guillermo Hincapié Orozco y la Directora de Fomento y Turismo, la señora Mariluz Nichols Vallejo.Con el paso de los años sin embargo, tanto las administraciones municipales como algunas empresas privadas, han estado interviniendo el Cerro con el fin de hacerlo más cómodo a los visitantes y lograr así una mayor apropiación de parte de los antioqueños por uno de los más importantes pulmones del Valle de Aburrá.Para el año de 1985, el periódico El Mundo y la cadena radial Caracol, se unieron para regalarle al Cerro la señalización de los espacios más importantes con vallas en acero inoxidable. Así mismo, en este mismo año, se le encomendó a la artista María Villa, la realización del Viacrucis para el Templo, que consistió en catorce pinturas al óleo sobre lienzo, de 40 x 50 cm cada uno, obra que fue entregada a comienzos de 1986 y que se exhibe al lado de las pinturas del Corazón de Jesús y Santa Teresa, también de la maestra, fallecida en Medellín en 1991. También fue en 1986 cuando se construyeron dos nuevos senderos peatonales, uno para ascender al cerro desde la entrada de la calle 30A y otro que va desde la escultura del Cacique Nutibara, hasta el teatro Carlos Vieco, caminos que fueron iluminados al año siguiente por las Empresas Públicas de Medellín.Desde el Gobierno Nacional (1982-1986) se tomó la decisión de convertir al Cerro Nutibara en un gran centro cultural y dotarlo de un parque de esculturas, el que imprimió una nueva dinámica a este sitio para que traspasara su condición única de "reserva" en búsqueda de una verdadera identidad con vigor y fuerza propia. En un tiempo record de 15 días, en diciembre de 1983, los artistas invitados dieron vida a uno de los proyectos culturales más ambiciosos de América Latina. Fue una idea del entonces Presidente de la República, el antioqueño, nacido en Amagá, Belisario Betancur Cuartas. El Museo de Arte Moderno de Medellín, lo promovió, la Administración Municipal, lo acogió y lo realizó con la colaboración de algunas empresas privadas de la Ciudad el "Eterna Primavera". El parque recoge una de las expresiones escultóricas colectivas más importantes de la década de los 80 del siglo pasado. Las 10 esculturas son de corte modernista y abstracto, son la expresión inconfundible de lo que hoy se llama arte participativo. Son obras abiertas, a través de las cuales el público puede contemplar la ciudad moviéndose a sus pies e integran al hombre con el paisaje.
CIUDAD BOTERO (MEDELLIN-ANTIOQUIA)
El 14 de octubre de 2000 la historia del arte en Antioquia renovó su apariencia, desde ese momento los medellinenses cuentan con otro espacio en el que se pueden apropiar de su ciudad: Se trata del nuevo Museo de Antioquia.
“Con este bello museo que inauguramos, nuestra idea y esperanza es crearle a Medellín, además de su inocultable transformación urbana, una nueva cara moral. Que nuestra ciudad ya no sea más la del cartel de la droga ni de la violencia y los sicarios sino más bien la ciudad del trabajo, de la educación, del progreso, de la industria, del Museo de Antioquia, del Festival de poesía, de la orquesta infantil y de las plazas llenas de esculturas por todas partes, así como son las grandes capitales del mundo.Medellín puede y debe ser la ciudad limpia y ordenada, la ciudad del metro ejemplar, la ciudad de la paz”.
Estas fueron las palabras pronunciadas por el maestro Fernando Botero en el acto de inauguración y desde entonces el centro de la ciudad ya no es el mismo porque las esculturas y los “gordos” se convirtieron en sus nuevos habitantes.
“Con este bello museo que inauguramos, nuestra idea y esperanza es crearle a Medellín, además de su inocultable transformación urbana, una nueva cara moral. Que nuestra ciudad ya no sea más la del cartel de la droga ni de la violencia y los sicarios sino más bien la ciudad del trabajo, de la educación, del progreso, de la industria, del Museo de Antioquia, del Festival de poesía, de la orquesta infantil y de las plazas llenas de esculturas por todas partes, así como son las grandes capitales del mundo.Medellín puede y debe ser la ciudad limpia y ordenada, la ciudad del metro ejemplar, la ciudad de la paz”.
Estas fueron las palabras pronunciadas por el maestro Fernando Botero en el acto de inauguración y desde entonces el centro de la ciudad ya no es el mismo porque las esculturas y los “gordos” se convirtieron en sus nuevos habitantes.
LA PIEDRA DEL PEÑOL (GUATAPE-ANTIOQUIA)
Antes de llegar los conquistadores ibéricos, este territorio estaba habitado por etnias aborígenes, algunas comandadas por un recordado cacique de nombre Guatapé. En su honor, el poblado fue bautizado de esta manera.En el año 1954 la que se llamaría piedra del peñol de Guatapé era mirada como un estorbo por los habitantes de ese entonces ya que solo se dedicaban a la agricultura y estaban lejos de creer que seria el futuro del oriente. En la actulidad la fama de su belleza se ha extendido a todos los rincones del mundo. LUIS EDUARDO VILLEGAS fue el único que la miro con ojos de futuro y progreso para la zona.Son ya 50 años de lucha y trabajo en que se ha logado sacar del anonimato y olvido esta mole. Tendrán que pasar algunos años para ver este sitio turístico provisto de un moderno teleférico y una amplia zona hotelera y todo lo que un buen visitante se merece.
ESPECIES DE AVES EN ANTIOQUIA
Aguila-Aguila de Copete-Aguila Penachuda-Aguila Pescadora-Aguja-Angel del Sol Aracarí-Arrendajo-Arrendajo Azul-Arrendajo Pechiblanco-ArroceroArrocero- NegroAtrapamoscas -Atrapamoscas Adornado-Atrapamoscas Canela-Atrapamoscas Colilargo-Atrapamoscas Colinegro-Atrapamoscas Cuelliestriado-Atrapamoscas Pirata-Atrapamoscas Verderón-Azulejo-Azulejo Arañero-Azulejo de Montaña-Barranquero (Soledad)-Barranquero Azul-Barranquero de Corona-Barranquero Pequeño-Barranquero Piquiancho-Barranquero RufoBarbudo-BichdeuéBienparado- GrisBoboBobo -BarradoBobo- BigotudoBrillante-Buho-Buho de Antifaz-Buho Grande-Cabeciblanco-Cabeciblanco de Ciénaga-Cacique-Cacique Candela-Cacique de Montaña-Cacique Piquiamarillo-Calandria-Calandria Casquiazul-Calandria Piquigruesa-Calandria Vientriblanca-Calandria Vientrinaranja-Canario-Canario Azafrán-Canario Colombiano-Canario Loco-Candelita-Candelita Colirrojo-Caracara Gargantirojo-Caracara Moñudo-Caracara Pigua-Caravana-Carcajada-Carcajada Barrada-Carpintero-Carpintero Anillado-Carpintero Buchipecoso-Carpintero Café-Carpintero Canela-Carpintero de Corona-Carpintero de los Robles-Carpintero Espalda Roja-Carpintero Grande-Carpintero Oliváceo-Carpintero Pechigris-Carpintero Real-Carpintero Rojo-CarraoCarriquí-CascabelitoCernícalo Americano-Colibrí-Colibrí Cola de Raqueta-Colibrí Colirufo-Colibrí Golondrina- CaféColibrí Pardo-Colibrí Piquilargo-Colibrí Rubí Topacio-Colibrí Verde Brillante-Colibrí Vientriverde-Colibrí Vientrivioleta-Coliespina Verde-CompranpanCondor d Los AndesCopetónCopetón VerdosoCopetón VientriamarilloCormorán NeotropicalCotinga AzulCotinga CrestirojaCresticastañoCucaracheroCucarachero CumúnCucarachero de MontañaCucarachero de Monte PechiblancoCucarachero de Monte PechigrisCucarachero GrisCuco AmericanoCuco ArdillaCuco EnanoCuco OjirojoCuco PequeñoCuervo FruteroCurrucutúChambergo CuernirrojoChamiceroChamicero CarirrojoChamicero de CiénagaChamón BrillanteChamón GiganteChavarriaChingolo Cumún o PincheChorlitoChorlito SolitarioChorlo GritónChotacabras ColiliraChotacabras PiquilargoErmitañoErmitaño VerdeEsmeraldaEsmeralda AndinoEsmeralda ColiazulEsmeralda PiquirojaEspigueroEspiguero CabecinegroEspiguero GrisEspiguero NegriblancoEspiguero PechicaneloEspiguero PizarraEspiguero VientricastañoEstrella ColiblancaEstrellitaEstrellita VientriblancaFragata RealFrutero EscamadoFrutero PechidoradoFrutero VerdinegroFusco Moreno PardoGallinaciegaGallinaciega ColicortaGallinacitoGallinazo CabeciamarilloGallinazo CabecirojoGallinazo NegroGallito de AguaGallito de CiénagaGallito de Roca AndinoGarcita BueyeraGarcita EstriadaGarcita VerdeGargantiamarillo EnmascaradoGarrapateroGarrapatero ComúnGarrapatero GrandeGarrapatero PequeñoGarza Atigrada GargantipeladaGarza Atigrada OscuraGarza Atigrada RojizaGarza AzulGarza de PenachoGarza dediamarillaGarza MorenaGarza Nocturna CoroniamarillaGarza SilvadoraGarza TricolorGarza VientricastañaGarzón BlancoGarzón CenizoGavilánGavilán CamineroGavilán CangrejeroGavilán CaracoleroGavilán ColiblancoGavilán ColicortoGavilán de Alas AnchasGavilán de SwainsoniGavilán GrisGavilán NegroGavilán PalomeroGavilán PatilargoGavilán PescadorGavilán Pico de GanchoGavilán PlomizoGavilán RatoneroGavilán SabaneroGavilán TijeretaGavilancito BicolorGavilancito BlancoGavilancito CollarejoGavilancito ChicoGavilancito PajareroGaviotaGaviotín de MarGolondrinaGolondrina AliblancaGolondrina Azul y BlancaGolondrina ComúnGolondrina NegraGolondrina PierniblancaGolondrina de Mar PiquiamarillaGorriónGorrión de Matorral AliblancoGorrión de Matorral CabecinegroGorrión de Matorral TricolorGorrión FelpudoGorrión PiquinaranjaGuacamayaGuacamaya AzulGuacamaya AliverdeGuacamaya CarisecaGuacharacaGuacharaca AlicastañaGuacharaca ColombianaGuacharaca PequeñaGuácharoGuacoGuardabosqueHada CoronipúrpuraHalcón AplomadoHalcón de Bosque BarradoHalcón MurcielagueroHalcón PeregrinoHalcón SilvícolaHormigueritoHormiguerito BicolorHormiguerito CalvoHormiguerito ManchadoHormiguerito VientriamarilloHormigueroHormiguero CabecinegroHormiguero ColilargoHorneroIbis NegroIbis VerdeIncaInca PardoJacamarJacobino NuquiblancoJilgueroJilguero AndinoJilguero CabecinegroJilguero PechiamarilloLechuzaLibrea de TerciopeloLoraLora CabeciamarillaLora CabeciazulLora FestivaLora FrentirrojaLora NegraLora RealMalcasadoMalibúManchadoManchado PecosoManguerito GargantinegroMantivioláceoMartín Pescador GrandeMartín Pescador MedianoMartín Pescador VerdeMayoMayo PicoamarilloMetaluraMielerito AmarilloMieleroMielero AzulMielero de ManglarMielero PatirrojoMielero VerdeMirasol ChicoMirlaMirla PatinaranjaMirlo AcuáticoMirlo de LouissianaMochileroMochilero CabecicastañoMochilero CrestadoMonje FrentiblancoMonje PiquiamarilloMonjitaMosquiteritoMosquiterito AntioqueñoNinfa ColombianaNinfa TijeretaPalomaPaloma CollarejaPaloma GuarumeraPapayero AjiceroPapayero CarinegroPapayero GrisosoPapayero Tío JudíoPatoPato AgujaPato BarraquetePato de los TorrentesPato PicoazulPato PisingoPato RealPaujilPaujil ColombianoPavaPava GarnateraPechirrojo(Petirrojo)Pelícano PardoPerdizPerdiz CastañaPerdiz CrestadaPericoPerico BarradoPerico CarasuciaPerico FrentirrojoPeriquitoPicaflorPicaflor Café y GrisPicaflor EnmascaradoPicaflor FlancoblancoPicaflor GrisPicaflor NegroPico de HozPico de PalaPico de Pala GargantiblancoPico de PlataPicogordoPicogordo AzulnegruscoPicogordo DegolladoPico LanzaPico LeznaPicoplano OjianilladoPicoplano OliváceoPiguaPinchePiranga AliblancaPiranga AlinegraPiranga CabecirrojaPiranga RojaPiranga RosadaPlayeroPolla de AguaPolla de Agua ComúnPollitoPolluelaPolluela GargantiblancaPrimaveraPrimavera AliazulPrimavera EncapuchadaPrimavera GargantiamarilloPrimavera VerdeQuetzal CabecidoradoQuetzal CrestadoRascón NegruscoReinitaReinita AcuáticaReinita AmarillaReinita CrestinegraReinita de Alas DoradasReinita de CollarReinita de ConécticutReinita de FiladelfiaReinita de QuebradaReinita de TénesiReinita EncapuchadaReinita PechicaféReinita PechinaranjaReinita Tres RayasReinita TropicalRey de los GallinazosSabanero AzulSabanero BicolorSabanero OliváceoSaltarínSaltarín AmirladoSaltarín CabeciamarilloSaltarín CabezadoradaSaltarín de Alas DoradasSaltarín de Corona AzulSaltarín de Corona BlancaSaltarín de Corona RojaSemillero de PáramoSílfide ColilargoSílfide ColivioletaSinfínSinsonteSinsonte de LagunaSiriríSirirí ComúnSirirí GrisSirirí NegroSirirí BueyeroSoledad(Barranquero)Solitario AndinoSolitario NegroSuelderitoTangaraTangara Azul y AmarillaTangara Azul y NegraTangara CarinegraTangara de RastrojoTangara de Rastrojo GargantiamarillaTangara de Rastrojo GarganticenizaTangara de Rastrojo OjiblancaTangara DoradaTangara EspaldiblancaTangara GolondrinaTangara GorrinegraTangara GrisTangara GüiraTangara HormigueraTangara Hormiguera CrestadaTangara MulticolorTangara NegriverdosaTapaculoTapaculo UnicolorTijeretoTinamúTinamú ChicoTinamú de MontañaTinamú GrandeTinamú NegroTinamú PechileonadoTiranueloTiranuelo AmarilloTiranuelo CabecicenizoTiranuelo CoroniamarilloTiranuelo GorrinegraTocheToche Espalda LimónToche Espalda NaranjaTorcaza ColiblancaTordoTordo de LagunaTorito CabecirrojoTororói Tororói VientriblancoTórtolaTortolitaTortolita CamineritaTrepadorTrepatroncosTrepatroncos BarradoTrepatroncos LagrimosoTrepatroncos ManchadoTrepatroncos Pico RectoTrogónTrogón ColiblancoTrogón ColinegroTrogón de CollarTrogón EnmascaradoTrogón GargantinegroTrogón VioláceoTucánTucán Azul de MontañaTucancitoTucancito EsmeraldaTurpialTurpial ColiamarilloTurpial de BáltimoreTurpial del JardínTurpial GargantinegroTurquesaVencejoVencejo CachetiblancoVencejo ColacortaVencejo ColiespinoVencejo CuellicastañoVencejo de ChimeneaVerdónVerderónVerderón OjirrojoViuditaZamarritoZambullidor ComúnZambullidor del SolZebritaZorzalZorzal BuchipecosoZorzal DorsirrufoZorzal PiquianaranjadoY otro gran número deecies más...
martes, 17 de marzo de 2009
Hidrografía
Río Cauca, atraviesa Antioquia de sur a norte
Antioquia está bañada al norte, en sus costas, por el Mar Caribe. Al occidente recibe la humedad del Océano Pacífico, en la zona de sus selvas.
En cuanto a sus ríos, son muy numerosos y establecen el origen de su potencial hidrográfico e hidroeléctrico, cuenta con varias fuentes; entre ellas, los ríos más importantes son el Atrato, que la separa del departamento del Chocó; el Cauca, que la atraviesa por el centro y separa la Cordillera Occidental de la Central, en el corazón del departamento, y el Magdalena, que le sirve de límite con el departamento de Santander, en el extremo oriente de la región.
La riqueza hídrica del departamento también está representada en sus múltiples ciénagas, como las de Buchadó, Los Medios, Tumaradó, Caucasia, Nechí, El Bagre, Yondó y Puerto Berrío.
Río Cauca, atraviesa Antioquia de sur a norte
Antioquia está bañada al norte, en sus costas, por el Mar Caribe. Al occidente recibe la humedad del Océano Pacífico, en la zona de sus selvas.
En cuanto a sus ríos, son muy numerosos y establecen el origen de su potencial hidrográfico e hidroeléctrico, cuenta con varias fuentes; entre ellas, los ríos más importantes son el Atrato, que la separa del departamento del Chocó; el Cauca, que la atraviesa por el centro y separa la Cordillera Occidental de la Central, en el corazón del departamento, y el Magdalena, que le sirve de límite con el departamento de Santander, en el extremo oriente de la región.
La riqueza hídrica del departamento también está representada en sus múltiples ciénagas, como las de Buchadó, Los Medios, Tumaradó, Caucasia, Nechí, El Bagre, Yondó y Puerto Berrío.
Los españoles en Antioquia
Mariscal Jorge Robledo, busto en Medellín
El primer español que pisó Antioquia fue Rodrigo de Bastidas, quien estuvo en el Darién en el año 1500. Diez años después, Alonso de Ojeda fundó a San Sebastián de Urabá, cerca de lo que hoy es el municipio de Necoclí. Sin embargo, las primeras incursiones españolas de fondo en Antioquia se produjeron sólo desde 1537. En este año, una expedición comandada por Francisco César recorrió las tierras del Cacique Dabeiba, llegando hasta el río Cauca y rescatando de las tumbas indígenas un importante tesoro. Sin embargo, los hombres del Cacique Nutibara hostigaron a la hueste española, obligándola a volver a Urabá.
En 1541, el conocido Mariscal Jorge Robledo partió del desaparecido asentamiento español de Arma, un poco más abajo de Aguadas al sur de Antioquia, en una expedición hacia el norte por la ribera derecha del río Cauca.
Lejos de allí, hacia el norte, ese mismo año Robledo fundaría en esa ribera la población de Santa Fe de Antioquia, trasladada un año después por Juan Cabrera a la otra ribera del río, la occidental, y en 1587 trasladada por don Gaspar de Rodas al lugar que hoy ocupa. Santa Fe de Antioquia es considerada desde entonces la Ciudad Madre de Antioquia.
Esta ciudad fue erigida desde entonces como Capital de la Provincia de Antioquia, designación que conservaría hasta el año de 1826, cuando la categoría de ciudad capital le fue cedida a Medellín
Mariscal Jorge Robledo, busto en Medellín
El primer español que pisó Antioquia fue Rodrigo de Bastidas, quien estuvo en el Darién en el año 1500. Diez años después, Alonso de Ojeda fundó a San Sebastián de Urabá, cerca de lo que hoy es el municipio de Necoclí. Sin embargo, las primeras incursiones españolas de fondo en Antioquia se produjeron sólo desde 1537. En este año, una expedición comandada por Francisco César recorrió las tierras del Cacique Dabeiba, llegando hasta el río Cauca y rescatando de las tumbas indígenas un importante tesoro. Sin embargo, los hombres del Cacique Nutibara hostigaron a la hueste española, obligándola a volver a Urabá.
En 1541, el conocido Mariscal Jorge Robledo partió del desaparecido asentamiento español de Arma, un poco más abajo de Aguadas al sur de Antioquia, en una expedición hacia el norte por la ribera derecha del río Cauca.
Lejos de allí, hacia el norte, ese mismo año Robledo fundaría en esa ribera la población de Santa Fe de Antioquia, trasladada un año después por Juan Cabrera a la otra ribera del río, la occidental, y en 1587 trasladada por don Gaspar de Rodas al lugar que hoy ocupa. Santa Fe de Antioquia es considerada desde entonces la Ciudad Madre de Antioquia.
Esta ciudad fue erigida desde entonces como Capital de la Provincia de Antioquia, designación que conservaría hasta el año de 1826, cuando la categoría de ciudad capital le fue cedida a Medellín
Historia
Mujer Caribe por Charles E. Taylor (1888)
Los originarios en Antioquia
Antes de llegar los conquistadores - tiempo que se conoce como época prehispánica-, en el territorio de la actual Colombia habitaban dos grandes familias indígenas, los Caribes y los Chibchas. Hay todavía confusión, pero según algunos registros históricos, ambas llegaron del Brasil.
Antioquia estaba poblado por caribes. Salvo por algunos escasos grupos de la familia cunas en la región del Darién, un área costera al extremo norte del departamento, no existen registros de población chibcha en la zona antioqueña.
Las etnias caribes del territorio de Antioquia fueron clasificadas a su vez desde muy temprano en subdivisiones a las que se les continuó llamando familias. Las más notables fueron Catías, Nutabes y Tahamíes, que habitaron básicamente las zonas del centro.
Otro grupo importante que habitó a Antioquia en las zonas del sur fue el Quimbayas, sobre el cual subsisten algunos registros.
Hubo otros grupos, pero fueron ésos los conglomerados más destacados con que se encontraron los conquistadores a su arribo a Antioquia. Su contacto con los quimbayas tuvo poco qué ver con la evolución del departamento, pues Jorge Robledo, el principal conquistador de Antioquia, sometió rápidamente a los pocos que encontró, y los que quedaron desaparecieron rápidamente.
La historia se centró entonces en las turbulentas relaciones de los españoles con los grupos caribes, los cuales, pese a su numerosa y mayoritaria presencia y a su conocida bravura y cultura guerrera, terminarían dominados o exterminados por los ibéricos en los procesos de la conquista y la colonización.
Durante estos procesos se presentaron sangrientos enfrentamientos, que llevaron a los nativos sobrevivientes a dispersarse, e incluso a suicidarse antes de verse sometidos. Fue así como en la región los indígenas desaparecieron casi por completo. Los pocos que sobrevivieron se desplazaron hacia el territorio del Chocó. Actualmente, la población indígena del departamento de Antioquia escasamente alcanza el 0,5 % del total de habitantes.
Mujer Caribe por Charles E. Taylor (1888)
Los originarios en Antioquia
Antes de llegar los conquistadores - tiempo que se conoce como época prehispánica-, en el territorio de la actual Colombia habitaban dos grandes familias indígenas, los Caribes y los Chibchas. Hay todavía confusión, pero según algunos registros históricos, ambas llegaron del Brasil.
Antioquia estaba poblado por caribes. Salvo por algunos escasos grupos de la familia cunas en la región del Darién, un área costera al extremo norte del departamento, no existen registros de población chibcha en la zona antioqueña.
Las etnias caribes del territorio de Antioquia fueron clasificadas a su vez desde muy temprano en subdivisiones a las que se les continuó llamando familias. Las más notables fueron Catías, Nutabes y Tahamíes, que habitaron básicamente las zonas del centro.
Otro grupo importante que habitó a Antioquia en las zonas del sur fue el Quimbayas, sobre el cual subsisten algunos registros.
Hubo otros grupos, pero fueron ésos los conglomerados más destacados con que se encontraron los conquistadores a su arribo a Antioquia. Su contacto con los quimbayas tuvo poco qué ver con la evolución del departamento, pues Jorge Robledo, el principal conquistador de Antioquia, sometió rápidamente a los pocos que encontró, y los que quedaron desaparecieron rápidamente.
La historia se centró entonces en las turbulentas relaciones de los españoles con los grupos caribes, los cuales, pese a su numerosa y mayoritaria presencia y a su conocida bravura y cultura guerrera, terminarían dominados o exterminados por los ibéricos en los procesos de la conquista y la colonización.
Durante estos procesos se presentaron sangrientos enfrentamientos, que llevaron a los nativos sobrevivientes a dispersarse, e incluso a suicidarse antes de verse sometidos. Fue así como en la región los indígenas desaparecieron casi por completo. Los pocos que sobrevivieron se desplazaron hacia el territorio del Chocó. Actualmente, la población indígena del departamento de Antioquia escasamente alcanza el 0,5 % del total de habitantes.
Silleteros urbanos tienen su historia
Cuando todos duermen, ellos están en plena actividad. Primero las observan, luego preguntan por el precio, y después se deciden. Algunos tienen sus puntos de compra, o sus amigos, y sólo con esos hacen negocios. Es rápido, como si el tiempo a las cuatro de la mañana no fuese lo suficientemente lento.
Ángela Correa Aramburo - Mónica Quintero Restrepo - Medellín Publicado el 30 de julio de 2008
Corren, van de un lado para otro, conversan poco, compran aquí, miran allá, llevan al carro, unen con las flores que trajeron desde su casa y que cultivaron en su jardín. Y van rápido, porque se pueden quedar sin girasoles, sin agapantos, o así sucesivamente. Corren porque el tiempo, para los que madrugan, sí pasa rápido.
En la Placita de Flores, para la nueva generación de silleteros, los urbanos, las cinco de la mañana son el punto de quiebre de un duro día de trabajo.
Aníbal y su hijo Juan David disponen sus carretas, con la misma curia del que organiza una vitrina y empiezan una rítmica caminata que acompasan con el cambio de luz que produce el amanecer.
Entretanto, Lucía Atehortúa acomoda las flores en el primero de la larga fila de colectivos que rodean la Placita. Su vitrina está organizada con la misma curia, pero a diferencia de la de Aníbal, no se mueve. A ella la esperan todas esas personas que quieren una flor, para los que ya no están.
Lucía viene de una familia de silleteros. Sabe de lo dulce de los premios, como cuando en 1980 fue declarada ganadora absoluta en el Desfile de Silleteros, y también de lo dulce que puede ser la esperanza de volver a repetirlo. Por eso, en los días restantes del año, en los que no desfila, además de vender flores, como toda buena silletera, dibuja en su mente el próximo tema de su silleta.
Al igual que ella, Aníbal y su hijo, venden flores. Ellos no son silleteros de los que desfilan el 7 de agosto o de los que representan a Colombia en Nueva York. Son silleteros anónimos, pertenecen a la tradición de los que solo venden flores. Sin embargo, Juan David, el más pequeño de los Agudelo, encuentra en las flores una manera de acercarse a la academia y de proyectar su futuro, y aunque no piensa abandonarlas, sabe que a ellas además tendrá que agradecerles su diploma de ingeniero químico.
Pareciera que el encanto de las flores fuera una especie de sortilegio. No importa el paso del tiempo, ni que las costumbres, las formas de vestir o el pensamiento cambien. La esencia del silletero se mantiene, su amor por las flores, su magia, la manera como las tratan, el conocimiento, la forma de venderlas, de hacerlas suyas, de convivir con ellas.
Pese al tiempo, el pasado pesa. No importa si se desfila o no. Vivir de las flores es de cierta manera, o casi de toda manera, ser silletero de cuerpo, alma y corazón.
La mayoría de los antioqueños pertenecen a la subcultura colombiana denominada paisa, que habita mayoritariamente en la región de montaña del departamento, la cual constituye un 80% del suelo, y es también en un 80% de genética europea y de raza blanca o caucásica. En el departamento existen otros grupos humanos también antioqueños, pero no paisas, que fundamentalmente habitan las zonas planas del departamento, el 20% restante del suelo, como el costeño en el Urabá (donde a este grupo se lo conoce como "chilapo"), el sabanero en las inmediaciones del río Magdalena, y el chocoano en las zonas antioqueñas con influencia del río Atrato.
El antioqueño paisa
El grupo humano mayoritario del departamento de Antioquia es el grupo paisa, el cual se sitúa en la región colombiana conformada, además de la región montañosa y central del departamento de Antioquia, por los otros departamentos del llamado eje cafetero, y también por las zonas del norte del departamento del Valle del Cauca y el noroeste del departamento del Tolima. La capital de Antioquia, Medellín, está ubicada dentro del territorio paisa del departamento.
Como la génesis principal de la subcultura paisa se da en el territorio del departamento de Antioquia, para muchos los términos paisa y antioqueño suelen ser tomados como sinónimos. Lo cierto es que la paisa, si bien mayoritaria en un 80%, es una subcultura del departamento y convive con otras subculturas minoritarias.
"Paisa", o "paisas", pudiera decirse que son casi perfectamente aplicables a una cultura social específica, muy fácilmente diferenciable por sus trazos en todo sentido. Son también aplicables a un modo de ser particular en Colombia y el mundo; diríase que a una forma especial, catalogable, de creer, sentir y vivir, y a una socio-economía y comportamiento peculiar respecto del resto de la nación colombiana.
Al respecto afirma el genetista y sociólogo colombiano Emilio Yunis: "El antioqueño es pujante y su región está llena de progreso, es el típico culebrero capaz de vender cualquier cosa, autoritario, y dice que hace más que otros. La gente es trabajadora y tiene uno de los regionalismos más arraigados de Colombia, con costumbres muy propias y diferentes a las del resto de la población.
Y afirma también Belisario Betancur en su obra Declaración de amor del modo de ser del antioqueño: "Un pueblo inclinado a litigar, abundante en reservadas mañas y astutas malicias: un pueblo de buenos gobernantes porque allá son buenos gobernados, como advertía Monseñor Carrasquilla.
El grupo humano mayoritario del departamento de Antioquia es el grupo paisa, el cual se sitúa en la región colombiana conformada, además de la región montañosa y central del departamento de Antioquia, por los otros departamentos del llamado eje cafetero, y también por las zonas del norte del departamento del Valle del Cauca y el noroeste del departamento del Tolima. La capital de Antioquia, Medellín, está ubicada dentro del territorio paisa del departamento.
Como la génesis principal de la subcultura paisa se da en el territorio del departamento de Antioquia, para muchos los términos paisa y antioqueño suelen ser tomados como sinónimos. Lo cierto es que la paisa, si bien mayoritaria en un 80%, es una subcultura del departamento y convive con otras subculturas minoritarias.
"Paisa", o "paisas", pudiera decirse que son casi perfectamente aplicables a una cultura social específica, muy fácilmente diferenciable por sus trazos en todo sentido. Son también aplicables a un modo de ser particular en Colombia y el mundo; diríase que a una forma especial, catalogable, de creer, sentir y vivir, y a una socio-economía y comportamiento peculiar respecto del resto de la nación colombiana.
Al respecto afirma el genetista y sociólogo colombiano Emilio Yunis: "El antioqueño es pujante y su región está llena de progreso, es el típico culebrero capaz de vender cualquier cosa, autoritario, y dice que hace más que otros. La gente es trabajadora y tiene uno de los regionalismos más arraigados de Colombia, con costumbres muy propias y diferentes a las del resto de la población.
Y afirma también Belisario Betancur en su obra Declaración de amor del modo de ser del antioqueño: "Un pueblo inclinado a litigar, abundante en reservadas mañas y astutas malicias: un pueblo de buenos gobernantes porque allá son buenos gobernados, como advertía Monseñor Carrasquilla.
El Escudo de Antioquia fue decretado por entonces conforme a los terminos siguientes: “Cámara del senado, Antioquia, Agosto 23 de 1812..
Que el Estado tome por armas en sus escudos públicos y en el gran sello del Despacho de los negocios, Una matrona vestida y adornada a la indiana, sentada al pie de un cerro de oro entre el plátano y la palmera, con un río caudaloso a sus pies, acomodándose en su cabeza el gorro de la libertad.
Los gobernantes querían dejar constancia no sólo de la libertad del nuevo Estado, sino que simbolizaron con el cerro de oro la riqueza y la virtud con la palmera los triunfos y victorias, con el plátano la abundancia, con el gorro la libertad y con la matrona la raza antioqueña.
Que el Estado tome por armas en sus escudos públicos y en el gran sello del Despacho de los negocios, Una matrona vestida y adornada a la indiana, sentada al pie de un cerro de oro entre el plátano y la palmera, con un río caudaloso a sus pies, acomodándose en su cabeza el gorro de la libertad.
Los gobernantes querían dejar constancia no sólo de la libertad del nuevo Estado, sino que simbolizaron con el cerro de oro la riqueza y la virtud con la palmera los triunfos y victorias, con el plátano la abundancia, con el gorro la libertad y con la matrona la raza antioqueña.
Antioquia es uno de los 32 departamentos de Colombia, localizado en la zona noroccidental de Colombia.Su capital es Medellín, segunda ciudad en población y economía de la nación es considerada la ciudad eterna de la primavera. Se caracteriza por ser una zona montañosa atravesada por cordilleras que son el mayor atractivo turístico. Su actividad comercial es la agricultura. .
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